Foto: Carmen González |
Los hechos se produjeron sobre las 21,00 horas cuando unos
clientes de la venta anunciaron a los camareros que había un hombre en la
entrada diciendo que llamaran a la Policía porque en la mochila llevaba una
bomba y la iba a hacer explotar.
Una vez avisada tanto la Policía Local como la Guardia Civil,
los agentes se personaron en el lugar y comprobaron que en apariencia el
individuo tenía mermadas sus facultades mentales por las incoherencias de sus
declaraciones.
Los agentes lo conminaron a tirar la mochila y alejarse de
ella, al tiempo que le pedían que se tirase al suelo donde lo redujeron y
pusieron las esposas. Después de registrar la mochila, comprobaron que no había
ningún artefacto explosivo.
La Guardia Civil se hizo cargo del individuo que nadie sabe
de dónde venía o cómo llegó hasta la Venta. Se avisó a los servicios médicos de
la localidad y se ordena el traslado a un centro psiquiátrico.
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